“Tenemos dos mentes; una que piensa y otra que siente” (Daniel Goleman)
Cuando hablamos y reflexionamos sobre la tecnología, somos conscientes de que, dentro de cada herramienta que desarrollamos, se abre un paso más en la senda digital y en su difusión dentro del sector turístico.
Sin embargo, siempre tenemos presente que nos dirigimos a personas. Es decir, que nuestros proyectos significan compartir, comunicar, exponer… Y sobre todo: sentir, disfrutar, acceder… y en definitiva: VIVIR.
Sin olvidarnos de…
Reir al ver amapolas, pues creíamos que ya no existían. Son ‘las rosas del verano’…
Encontrar peculiaridades… no son huertos al uso: son ‘huertos mediavales’.
Sentir Alpuente… desde uno de sus miradores ya escuchamos latir el corazón del pueblo.
Parar en su Museo Etnológico y disfrutar de sus emblemáticas piezas… Toda una experiencia.
Invertir tiempo visualizando cómo el musgo crece lentamente en sus icónicas fachadas.
Rememorar la niñez descubriendo huellas de Dinosaurios… y experimentar un ‘déjà vu’.
Admirar a un gato al sol junto un geranio, observar un San Miguel…
Rozar unas manos en cuyas arrugas se palpa el paso del tiempo y de la experiencia…
Ofreciéndote ‘las llaves del destino’.
Alpuente ha vuelto a recordarnos la esencia de trabajar en el proyecto de un destino: trabajar para sus gentes.
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